Crece el saldo de víctimas del ataque de Rusia con drones iraníes contra una estación de trenes en Ucrania

Rusia lanzó casi 50 drones Shahed de fabricación iraní contra objetivos en Ucrania y atacó con artillería una estación en la que más de 100 civiles esperaban a abordar un tren hacia Kiev, informaron funcionarios ucranianos el miércoles. La ofensiva dejó al menos cinco muertos y dejó sin luz a gran parte de la ciudad de Kherson, en el sur del país.

Durante la noche, las fuerzas del Kremlin lanzaron ataques con drones y artillería sobre la región de Kherson en momentos en los que unos 140 civiles esperaban un tren en la capital regional del mismo nombre, según el ministro del Interior ucraniano Ihor Klymenko.

Un policía murió y otros dos agentes, así como dos civiles, resultaron heridos por la artillería.

Más de 100 personas que esperaban el tren al momento del ataque llegaron a Kiev la mañana del miércoles, señaló el operador ferroviario nacional Ukrzaliznytsia.

El ataque sobre Kherson y su capital afectó zonas residenciales y un centro comercial, además de causar daños en la red eléctrica, lo que dejó a cerca del 70% de las residencias de la capital sin luz durante el invierno, dijo el gobernador regional Oleksandr Prokudin.

De momento no fue posible dar un estimado de cuándo se reanudará el servicio eléctrico, puntualizó.

La ciudad de Kherson fue ocupada por tropas rusas poco después de que Moscú invadiera Ucrania a finales de febrero de 2022. Bajo la presión de las tropas ucranianas, las fuerzas rusas acabaron retirándose al otro lado del río Dnipro, que bordea la ciudad.

El pasado 13 de diciembre Rusia lanzó casi 600 bombas contra Kherson y perpetró el mayor ciberataque desde el inicio de la guerra. Una persona murió y cuatro resultaron heridas como consecuencia de esos bombardeos, mientras que el hackeo provocó la interrupción de los servicios telefónicos y de internet.

Los ataques a larga distancia se han convertido en una característica de esta guerra que lleva ya 21 meses. A medida que acecha el invierno e impide la movilización de tropas por ambos bandos, los misiles y los drones adquieren un rol protagónico.

Atacar la infraestructura energética también fue una táctica que empleó Moscú el invierno pasado, cuando intentó doblegar el estado de ánimo de la población ucraniana al privarlos de calefacción y agua corriente.

En Odesa, otra importante urbe en el sur de Ucrania, un ataque con drones dejó dos muertos y tres heridos, incluido un joven de 17 años, informó el gobernador regional Oleh Kiper.

La fuerza aérea ucraniana informó que interceptó 32 de los 46 drones que Rusia lanzó durante la noche.

Por otra parte, el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania confirmó este martes la toma por parte de las fuerzas rusas de la ciudad de Marinka, ubicada en la provincia de Donetsk y en disputa desde el pasado mes de mayo.

Según informó en una rueda de prensa el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Valeri Zaluzhni, las tropas ucranianas han preparado una línea defensiva a las afueras de la ciudad. Zaluzhni detalló que soldados ucranianos defendieron la ciudad bajo las trincheras “calle por calle” y “manzana por manzana”. El comandante afirmó así que Marinka “ya no existe”, puesto que ha sido reducida a cenizas por Moscú.

Sus palabras se producen después de que en la víspera el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, informara de la toma de la ciudad, que contaba con numerosas construcciones de hormigón armado y túneles subterráneos levantados por el Ejército ucraniano.

Los servicios de Inteligencia de Reino Unido informaron a mediados de diciembre de que las tropas rusas habían logrado “reducir aún más” las “pequeñas” zonas bajo control ucraniano en esta localidad, que fue evacuada por las autoridades a principios de noviembre.

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