Billy Idol declaró recientemente en una entrevista para People su estado de sobriedad “a la californiana” después de años de lucha con problemas de abuso de sustancias. La estrella del punk y el rock, conocida por éxitos como “Dancing with Myself” y “White Wedding”, compartió su proceso hacia una vida menos dependiente de las drogas, optando por una filosofía donde el prohibirse cosas hará que las desee aún más.
“Realmente empecé a pensar que debía intentar seguir adelante y dejar de ser un drogadicto y cosas así”, dijo a la revista People. “Me digo que puedo hacer lo que quiero, pero luego no lo hago. Si me digo que no puedo hacer nada, quiero hacerlo. Así que me digo: ‘Puedes hacer lo que quieras’. Pero en realidad no lo hago”, sostuvo.
La travesía de Idol hacia la sobriedad comenzó seriamente tras un accidente de motocicleta en 1990 que casi le cuesta la pierna. Este evento lo llevó a replantearse su estilo de vida y a luchar durante años para no recaer en la adicción.
La sobriedad “a la californiana” usualmente implica abstenerse del consumo de drogas y alcohol, con la excepción del cannabis, aunque el reconocido músico de 68 años mencionó que ocasionalmente se permite disfrutar de una copa de vino. Por lo tanto, no es “la misma persona drogadicta” que era en los 80.
El artista, , cuyo nombre de nacimiento es William Michael Albert Broad, atribuyó parte de su éxito en mantener la sobriedad a la influencia positiva de amigos cercanos y miembros de su banda, como los guitarristas Steve Stevens y Billy Morrison, quienes también han optado por un estilo de vida sobrio.
Además, recuerda en su autobiografía de 2014, Dancing With Myself, varios episodios oscuros de su pasado, incluyendo sobredosis y momentos en los que despertó en hospitales después de noches de excesos. Dichos recuerdos le mostraron a Idol las consecuencias negativas que tuvo su adicción en su vida. Sin embargo, desde 2003, Billy asegura no haber consumido drogas duras.
La vida familiar de Billy Idol, más allá de su carrera, ha sido objeto de curiosidad y especulación. Con la más reciente presentación de su tercer hijo Brant Broad, el árbol familiar del cantante se expande, incluyendo ahora a Brant, nacido en 1985, y sus dos hijos pequeños, Mason y Mackenzie, elevando a Idol al estatus de abuelo de cuatro nietos.
Los detalles sobre Brant han comenzado a salir a la luz, revelando que es aficionado al fisicoculturismo, está casado con una mujer de nombre Teresa Marie, trabaja en la construcción y reside en Long Island. Brant expresó su felicidad por tener a Billy en su vida.
“Más vale tarde que nunca”, señaló, refiriéndose a la relación con su padre biológico. Esta aceptación y apertura proporciona una perspectiva más íntima de Idol, no solo como un legendario artista sino también como un individuo que navega por las complejidades de las relaciones familiares.
El recorrido de Idol a través de los años ha sido uno lleno de autoindagación, arrepentimientos y ahora, reconciliación. En entrevistas pasadas, Idol ha hablado con franqueza sobre sus relaciones pasadas y las complicaciones derivadas de su estilo de vida en el apogeo de su carrera. El músico destacó su larga relación con Perri Lister, a quien por más que amó, nunca pudo serle completamente devoto.
“Amaba a Perri, pero no podía evitar tener amoríos”, admitió en referencia a sus días de mayor promiscuidad y las repercusiones en sus relaciones más cercanas. Billy ha dejado atrás esos días tumultuosos para abrazar una nueva etapa como abuelo. “Te abre emocionalmente”, compartió sobre esta faceta, agregando que estar presente en la vida de sus nietas le ha permitido revivir ciertas experiencias.
Es notable la diferencia entre Billy Idol, el rebelde ícono del rock, y Billy Idol, el familiar cariñoso. Sus hijos han tomado caminos distintos, con Willem Wolf siguiendo los pasos musicales de su padre, mientras que Bonnie Blue se ha decantado por la literatura, desviándose de lo que podría esperarse del hijo de una estrella del rock. “Mi hija no muestra ningún interés por el negocio”, comentó con notable sorpresa y admiración por las elecciones de vida de sus hijos.