Según recuerda Daniel Stern, actor del filme Mi pobre angelito, Macaulay Culkin era muy talentoso, pero se notaba que tenía una infancia bastante distinta a la de cualquier otro jovencito de su edad. Stern, quien dio vida a uno de los torpes ladrones, compartió más datos sobre la icónica película navideña en su nuevo libro autobiográfico “Home and Alone”.
Stern revela que, aunque ambos actores compartieron momentos fuera del set con sus familias, las diferencias en sus vidas eran notables.
“Macaulay estaba alojado en un hotel diferente, pero lo recogíamos y lo llevábamos al parque con nosotros”, escribe Stern. No obstante, se notaba que la estrella infantil no tenía tanta interacción con otros niños.
“Él era un niño dulce, pero había vivido una vida muy distinta a la de mis hijos. No sabía jugar al pilla-pilla ni lanzar la pelota. Era más un pequeño de casa y tenía mucha presión adulta sobre él, por el mundo del espectáculo y sus padres”.
Kulkin, al igual que varios de sus hermanos, comenzó a actuar desde la infancia. En su caso, a los 4 años. Antes de su legendario papel como Kevin McCallister en Mi pobre angelito, Culkin ya había hecho varias apariciones en televisión y cine, incluyendo Tío Buck al rescate, otra colaboración con el guionista John Hughes.
También es conocida la amistad que Macaulay tuvo con Michael Jackson, algo que Stern pudo notar claramente cuando fue a recoger a su coestrella. Él quedó sorprendido cuando vio que su habitación de hotel estaba repleta de toda clase de juguetes.
“Todos eran regalos de Michael Jackson. Nos sentimos muy mal por Mac”, admitió Stern y explicó. “Mis hijos ya habían experimentado las distorsiones que puede traer la fama, pero ver cómo era la vida de Mac puso las cosas en una perspectiva diferente”
Después de Home Alone, Culkin continuó su carrera en el mundo del espectáculo. Sus proyectos más recientes fueron Saved!, Party Monster y American Horror Story: Double Feature. Sin embargo, su trayectoria sufrió varios altibajos y en el plano familiar, se produjo un distanciamiento con su padre, Kit Culkin, en la adolescencia.
Macaulay Culkin logró emanciparse a los 14 años. Ante el jurado, el actor argumentó que su progenitor había sido abusivo y que no administraba bien el dinero que él ganó con las películas infantiles. Durante un podcast, en 2018, él describió así esa época de su vida: “Quería tomarme un descanso, pero al final me dije: ‘Se acabó, espero que todos hayáis ganado dinero, porque ya no habrá más de mi parte’”.
El elenco de Mi pobre angelito conserva un vínculo estrecho con el protagonista. Catherine O’Hara, quien interpretó a la madre de Kevin McCallister, es una figura constante que muestra su apoyo a Culkin, y asistió a su ingreso en el Paseo de la Fama de Hollywood en diciembre pasado.
Por otro lado, el libro de Stern también recopila lecciones aprendidas a lo largo de su carrera cinematográfica. Por ejemplo, explicó que una negociación por su salario en el filme navideño casi le costó el icónico papel.
Él había sido contratado inicialmente por 300.000 dólares para un rodaje de seis semanas; sin embargo, cuando la producción extendió el rodaje a ocho semanas sin aumentar su compensación, Stern pidió un aumento. Por la negativa de la producción, otro actor comenzó a ensayar con Joe Pesci (el ladrón Harry) en Chicago. Felizmente, la química no funcionó y Stern fue llamado para tomar definitivamente el trabajo.
Al momento de desarrollar la secuela —que se pronosticaba igual de exitosa que el filme original— el actor volvió a poner su sueldo sobre la mesa. Inicialmente le ofrecieron 600.000 dólares, pero la cifra no le pareció justa. Comparado con su coestrella Joe Pesci, quien ganaba entre 2 a 3 millones de dólares más un porcentaje de las ganancias, la oferta a Stern parecía aún más baja.
Como su agente le pedía aceptar el salario de la producción, el actor lo despidió y comenzó a negociar directamente. Así, exigió un pago de un millón y medio de dólares más un 2% de la venta de entradas. El tiempo previo al rodaje se terminaba y debían tomar una decisión.
“Aunque sabía que no podían hacer la película sin mí, también estaba algo inseguro, teniendo en cuenta que casi estropeé todo una vez”, explicó el actor en su libro.
Fue cuando el presidente de 20th Century Fox se comunicó con él y le pidió comenzar a grabar aún sin tener el contrato firmado. Stern aceptó con buena voluntad y después de un tiempo le aceptaron la propuesta del sueldo, más el 1% de las ganancias.