La humanidad está considerando a Marte como su próxima gran expedición, pero el cuerpo humano quizá no sea capaz de tolerar ese viaje, advierte un estudio reciente.
Es muy probable que los riñones de un astronauta puedan ser dañados permanentemente por la radiación cósmica durante una misión de años a Marte, informaron los investigadores en la edición del 11 de junio de la revista Nature Communications.
Un viaje de ida y vuelta a Marte tomaría hasta tres años, pero los riñones de los ratones de laboratorio expuestos al equivalente a 2,5 años de radiación galáctica terminaron con daños permanentes y pérdida de función, dijeron los investigadores
“Si no desarrollamos nuevas formas de proteger los riñones, yo diría que aunque un astronauta podría llegar a Marte, podría necesitar diálisis en el camino de regreso”, dijo el investigador principal, Keith Siew, del Departamento de Medicina Renal del Colegio Universitario de Londres.
Ya se sabía que los astronautas que pasan mucho tiempo en el espacio sufren el desarrollo de cálculos renales, así como otros problemas de salud como pérdida de masa ósea, debilitamiento del corazón y disminución de la vista.
Pero hasta ahora, se pensaba que los cálculos renales se desarrollaban durante las misiones espaciales debido a la pérdida ósea que se produce con la ingravidez, lo que lleva a una acumulación de calcio en la orina del astronauta.
“Sabemos lo que les ha sucedido a los astronautas en las misiones espaciales relativamente cortas realizadas hasta ahora, en términos de un aumento en los problemas de salud como los cálculos renales”, dijo Siew. “Lo que no sabemos es por qué ocurren estos problemas, ni qué va a pasar con los astronautas en vuelos más largos, como la misión propuesta a Marte”.
Estos nuevos estudios encontraron que los riñones humanos y animales se ven alterados por las condiciones en el espacio, y que las estructuras responsables de mantener el calcio y la sal en equilibrio se reducen después de menos de un mes en el espacio.
Los experimentos incluyeron muestras de más de 40 misiones espaciales en órbita que involucraron a humanos y ratones, así como 11 simulaciones espaciales terrestres realizadas en ratones y ratas en el laboratorio.
Algunas de las simulaciones consistieron en exponer a ratones a dosis de radiación galáctica equivalentes a misiones a Marte de 1,5 y 2,5 años, imitando los vuelos espaciales más allá del campo magnético de la Tierra.
“Nuestro estudio resalta el hecho de que si se planea una misión espacial, los riñones realmente importan”, señaló el investigador sénior, Stephen Walsh, del Departamento de Medicina Renal del Colegio Universitario de Londres. “No se pueden proteger de la radiación galáctica usando blindaje, pero a medida que aprendemos más sobre la biología renal, puede ser posible desarrollar medidas tecnológicas o farmacéuticas para facilitar los viajes espaciales prolongados”.
“Cualquier fármaco desarrollado para los astronautas también podría ser beneficioso aquí en la Tierra, por ejemplo, al permitir que los riñones de los pacientes con cáncer toleren dosis más altas de radioterapia, siendo los riñones uno de los factores limitantes en este sentido”, añadió Walsh en un comunicado de prensa de la universidad.
Más información: Las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina ofrecen más información sobre la radiación espacial y la salud de los astronautas.