Primero hubo discrepancias por el monto de la multa por incumplir el voto obligatorio y luego por la inclusión o no de los extranjeros habilitados para sufragar, pero tras varias vueltas, el Congreso Nacional aprobó el veto presidencial y finalmente despachó la ley que, con su idea matriz, permitirá realizar las elecciones municipales y regionales de octubre en dos días.
La Cámara de Diputadas y Diputados aprobó este martes las observaciones del Presidente Gabriel Boric, que ya habían sido visadas a fines de julio por el Senado y que apuntaban a reponer la sanción por no votar.
Fue aprobado por 138 votos a favor y sólo dos en contra, de los diputados Jaime Araya (independiente de la bancada PPD) y Félix González (independiente de la bancada FA).
De esta manera, el texto, que previamente había tenido que ir a una comisión mixta por las mismas desavenencias, quedó en condiciones de convertirse en ley, previo control por parte del Tribunal Constitucional.
El veto presidencial redujo la multa a un cobro único de 0,5 UTM (alrededor de 33 mil pesos), dejando atrás el margen original de entre 0,5 a 3 UTM (desde 33 mil hasta 200 mil pesos), cuyo monto máximo había sido cuestionado por el oficialismo por considerarlo demasiado alto.
La otra gran diferencia era respecto a los ciudadanos extranjeros que pueden sufragar: el Gobierno, que era partidario de excluirlos puesto que la Constitución no los obliga a participar, finalmente reculó en su posición y los dejó incluidos dentro de toda la población habilitada para votar sujeta a esta multa, como pedía la derecha.
Lo relativo a la sanción sólo aplicará para este proceso, puesto que la idea es que las condiciones permanentes se debatan luego en una ley aparte, para cumplir con el mandato constitucional que restableció el voto obligatorio.
Además, con esta aprobación quedó estipulado que de los días electorales sólo el domingo 27 de octubre será feriado irrenunciable para los trabajadores del comercio, mas no el sábado 26.
Aparte de los puntos abordados por el veto, durante la tramitación del proyecto ya habían sido aprobadas otras disposiciones: la derogación de la «ley seca» y la rebaja del valor de la devolución fiscal por voto obtenido, esto último atendiendo a que, como ahora el sufragio será obligatorio, se prevé que los candidatos recibirán más preferencias que cuando era voluntario.
Tras el despacho de la ley, el ministro de la Segpres, Álvaro Elizalde, destacó que «la votación ha sido bastante amplia; (y) esto da cuenta de que, al margen de la controversia que se ha generado en las múltiples declaraciones que escuchamos en estos días, el Gobierno ha hecho un esfuerzo de buena fe con el objeto de arribar un texto que tuviera apoyo transversal, sobre todo tomando en consideración que la tramitación de esta iniciativa no fue fácil».
«La idea legislar fue votada en contra por una parte de la oposición, hay otros aspectos específicos que en la tramitación fueron votados en contra por parte del oficialismo», recordó, «pero finalmente se ha arribado a un texto que -puntualizó- por ser materia de ley orgánica constitucional será enviado al Tribunal Constitucional para el control preventivo correspondiente».
La derecha votó a favor, pero criticó la postura oficialista respecto a la inclusión de los extranjeros en el grupo sujeto a multa.
«No deberíamos estar discutiendo este veto presidencial. Esta instancia solo se explica por el temor o miedo del Frente Amplio y el Partido Comunista al voto de los extranjeros que se encuentran en forma regular en nuestro país», conjeturó el diputado UDI Sergio Bobadilla.
En el oficialismo, su colega Boris Barrera (PC) reprochó que, «sin duda, parece que el nombrar en cada discurso al Frente Amplio y al Partido Comunista les da puntos, aunque estos no tengan relación alguna con lo que estamos tratando».
Fuera de ese aspecto, relevó que «es crucial recordar que el feriado legal no solo garantiza el derecho a voto, sino que también reconoce la dignidad de los trabajadores y trabajadoras, permitiéndoles participar activamente en el proceso democrático sin tener que sacrificar su tiempo de descanso o enfrentar presiones indebidas».