A casi un año de la muerte de Matthew Perry, el médico Mark Chavez se declara culpable de haber suministrado la ketamina que causó la fatal sobredosis del actor.
Chavez, que operaba una clínica especializada en ketamina, se involucró en una red de distribución de esta potente droga junto con otros profesionales de la salud. Según las investigaciones, el médico le vendía pastillas al doctor Salvador Plascencia, quien se las suministraba a Perry.
La autopsia había revelado que la concentración de ketamina en el cuerpo del actor era extremadamente alta, lo que indicaba una sobredosis. Los mensajes de texto intercambiados entre los médicos involucrados muestran una clara intención de lucrar con la desesperación de Perry, quien estaba dispuesto a pagar cualquier precio por aliviar su dolor emocional. Uno de estos mensajes decía: «Me pregunto cuánto pagará este idiota».
En su declaración de culpabilidad, Chavez confesó que que obtuvo la droga tanto de su antigua clínica como de un distribuidor mayorista a través de una receta fraudulenta.
Además, fiscales revelaron que el asistente de Matthew, Kenneth Iwamasa, trabajó con los médicos para suministrarle al actor más de USD$ 50,000 [MXN$ 967,812] de ketamina semanas antes de su muerte.
Chavez ha entregado su pasaporte y licencia médica a las autoridades. El médico responderá en libertad hasta el día de su juicio, en 2025.