La Fiscalía desarrolla este miércoles la formalización de los cinco carabineros detenidos y dados de baja ayer por la presunta cobertura que le dieron a la organización que el 16 de agosto pasado protagonizó el multimillonario robo de una sucursal de la empresa de valores Brinks en Rancagua, en la Región de O’Higgins.
Carlos Fuentes, persecutor jefe de Análisis Criminal y Focos Investigativos, detalló en la audiencia que hubo tres reuniones previas al atraco entre los entonces uniformados y el líder de la banda.
«A fines del mes de julio de 2024, se realiza una de las primeras reuniones de coordinación en Rancagua, en la que participan los funcionarios de Carabineros y Jaime Beltrán Campos; este último, liderando la organización criminal, quien define que la función de los carabineros partícipes en esa reunión y en el delito será la de retrasar la concurrencia del personal policial al lugar del robo, para garantizar su impunidad y efectividad», señaló el fiscal.
Añadió que Beltrán hizo «un pago, en ese momento, de 200.000 pesos en dinero en efectivo a cada funcionario como enganche de esta asociación» y, luego, otro bono de 100.000.
Fuentes dijo que fue clave en el robo una radio portátil que facilitó a los ladrones uno de los expolicías, con el cual, por ejemplo, la banda pudo escuchar los diálogos de la Central de Comunicaciones de Carabineros (Cenco) y las diligencias para detener a los implicados.
Uno de los carabineros detenidos ayer también está involucrado en el caso del robo frustrado a Prosegur en Rancagua, donde se descubrió un túnel de 15 metros en febrero pasado.
Respecto de este imputado, el fiscal jefe de alta complejidad Javier von Bischoffhausen detalló en la audiencia que en su domicilio se halló «un cartucho de gas lacrimógeno, un cartucho balístico calibre 9 milímetros, cuatro cartuchos balísticos calibre .38, 12 teléfonos móviles y cinco equipos de telecomunicaciones de tipo radio».
El Ministerio Público pedirá la prisión preventiva para los cinco excarabineros.