La casa de subastas RM Sotheby’s ha atraído la atención de coleccionistas y fanáticos de la Fórmula 1 al anunciar la subasta de un monoplaza emblemático: el Ferrari F248 que Michael Schumacher pilotó durante su última etapa en la escudería italiana. Este vehículo no es simplemente una pieza de ingeniería automotriz; representa una era en la que Ferrari y Schumacher dominaron la competición, hasta el desafío imponente que les planteó Fernando Alonso con Renault.
A finales de la década de 1990, Ferrari atravesaba por un período de sequía en los campeonatos, habiéndose distanciado de los títulos desde 1979. La llegada de Jean Todt como director deportivo en 1993 marcó el comienzo de un cambio significativo. Todt, a través de una hábil gestión y con el respaldo económico de Marlboro, construyó un equipo en el que Michael Schumacher sería la pieza clave. Junto con figuras como el diseñador Rory Byrne y el director técnico Ross Brawn, Ferrari consolidó un equipo capaz de conseguir cinco campeonatos consecutivos entre 2000 y 2004.
El Ferrari F248, una evolución del modelo anterior, fue presentado en 2006 con el objetivo de recuperar el título ante la creciente competencia. Diseñado por Aldo Costa, este monoplaza mostró notables mejoras, sobre todo en su motor V8 de 2.4 litros. Schumacher tomó el volante del chasis número 254 y lo llevó a su primera victoria en el Gran Premio de San Marino, donde rompió el récord de Ayrton Senna y superó tácticamente a Fernando Alonso.
Con este mismo chasis, Schumacher también conquistó el Gran Premio de Europa en Nürburgring, aprovechando una estrategia de paradas impecable que dejó atrás a Renault. Aunque siguieron varias carreras sin victorias, el rendimiento del Ferrari F248 fue consistente, asegurando varios podios y manteniendo a Schumacher en la pelea por el campeonato. La temporada continuó con éxitos en Indianápolis y Magny-Cours, reafirmando a Ferrari como una fuerza dominante.
El verano de 2006 trajo un gran premio especial en Hockenheim, donde Schumacher y su chasis predilecto volvieron al podio más alto. Sin embargo, un desafortunado incidente en Hungría los relegó al octavo lugar, marcando uno de los pocos puntos bajos de la temporada para el chasis 254. Después de este evento, el auto fue retirado de las competiciones principales, pero continuó siendo útil en actividades promocionales y pruebas con pilotos como Luca Badoer y Felipe Massa.
El monoplaza no sólo cierra un ciclo con Schumacher, sino que también da inicio a una nueva era, al ser probado por Kimi Räikkönen, su sucesor en Ferrari. Este Ferrari no es solo historia por haber pertenecido a Schumacher, sino también por marcar una transición crucial en la escudería de Maranello. El propietario actual, quien adquirió el F248 en 2007, ha gozado de su poder en circuitos privados, pero después de años de inactividad ha decidido venderlo. Se estima que el coche alcance un precio superior a los diez millones de euros en la subasta del 14 de noviembre, aunque antes de ponerlo en funcionamiento, será necesario enviarlo a Maranello para una exhaustiva puesta a punto.
La venta de este Ferrari ofrece más que un auto de Fórmula 1. Para muchos, es una oportunidad de poseer una parte de la historia de las carreras, representar la época dorada de Ferrari y sentir la conexión con uno de los pilotos más exitosos de todos los tiempos. Además, la subasta incluirá un paquete de repuestos, asegurando que el coche esté listo para futuras aventuras en la pista, si el nuevo propietario decide hacerlo.