Al tiempo que el presidente estadounidense Joe Biden utiliza sus últimos días en el cargo para fortalecer las defensas de Ucrania, Rusia adopta un enfoque diferente: difundir desinformación destinada a mermar el apoyo de Estados Unidos a Ucrania antes del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca el próximo mes.
Desde las elecciones en Estados Unidos el 5 de noviembre, el Kremlin ha utilizado medios estatales y sus redes de sitios de noticias falsas y cuentas de redes sociales para promover narrativas divisivas sobre la guerra y el presidente electo republicano de Estados Unidos. Los analistas señalan que el contenido, traducido al inglés para el público estadounidense, tiene la intención de volcar el sentimiento en contra de Ucrania en un momento crucial, con la esperanza de reducir la asistencia militar estadounidense y asegurar una victoria rusa.
Ejemplos recientes incluyen videos falsos que supuestamente muestran a soldados ucranianos quemando efigies de Trump o sus seguidores. Un video muestra a soldados diciendo que Trump no debe asumir el cargo y que “nunca debería ser presidente de nuevo”. Varios analistas han desacreditado el video, señalando signos evidentes de manipulación digital.
Otro video afirma mostrar a soldados ucranianos disparando contra un maniquí que lleva una gorra roja con el eslogan “Make America Great Again” (“Hagamos grande a Estados Unidos otra vez”) y una camiseta de la campaña de Trump. Ese video fue analizado y catalogado como falso por analistas privados y el Centro de Ucrania para Contrarrestar la Desinformación, una agencia gubernamental que rastrea la propaganda del Kremlin.
Otras versiones —igualmente falsas— muestran a soldados ucranianos quemando libros de Trump o llamándolo cobarde. En las semanas posteriores a las elecciones, los videos se difundieron mucho más allá de Ucrania y Rusia, circulando entre los seguidores de Trump y creyentes en QAnon, la teoría de la conspiración que afirma que Trump está librando una guerra contra un cabal satánico de poderosos líderes mundiales.
Es parte del continuo esfuerzo de Rusia por dividir a los estadounidenses sobre la guerra de casi tres años en Ucrania y retratar a los ucranianos como aliados poco fiables y deshonestos, según analistas que han rastreado la desinformación y propaganda rusa desde que comenzó la guerra. Al desalentar el apoyo estadounidense a Ucrania, el Kremlin espera cortar la fuente más vital de asistencia militar que ha mantenido vivas las esperanzas ucranianas desde que Rusia invadió en febrero de 2022.
Al principio de la guerra, los propagandistas rusos retrataron a los líderes ucranianos como corruptos y egoístas. Los medios estatales rusos afirmaron que los líderes de Ucrania tenían simpatías nazis —aunque el presidente Volodimir Zelensky es judío— o estaban involucrados en investigaciones clandestinas de armas biológicas que Moscú buscó vincular con la pandemia de COVID-19. Cada afirmación falsa se utilizó para justificar la invasión de Rusia.
Una razón por la que Rusia puede persistir con la desinformación dirigida a los estadounidenses es la relativa facilidad y asequibilidad de tales operaciones en comparación con alternativas diplomáticas o militares.
Rusia probablemente ve la desinformación como parte de un esfuerzo a largo plazo para socavar el liderazgo global de Estados Unidos dividiendo a su población y socavando el apoyo a sus instituciones, sostuvo Tucker. Ya sea que el tema sea la inmigración, el gobierno, la economía de Estados Unidos o la guerra en Ucrania, dijo, el objetivo sigue siendo el mismo y va más allá de un ciclo electoral o un candidato.
“Creo que lo que realmente esperaban era un resultado impugnado con mucha gente en las calles, argumentando que la elección no fue legítima”, aseveró Tucker.
Sin embargo, de no lograr eso, las agencias de desinformación de Rusia seguirán impulsando narrativas que creen que encenderán a los estadounidenses y mejorarán sus posibilidades en Ucrania, concluyó Tucker.