Un grupo de estudiantes de la Escuela Politécnica de Zúrich (ETH) en Suiza ha dado un salto cualitativo en la tecnología de exploración espacial con el desarrollo del robot SpaceHopper. Este dispositivo, pensado para la exploración de asteroides, promete cambiar la manera en la que estos artefactos se movilizan en estos espacios.
El robot cuenta con su diseño simétrico y tres patas independientes, lo que le permite moverse en entornos de baja gravedad mediante un sistema de locomoción similar al salto. Esta peculiar forma de desplazamiento le permite explorar asteroides y otros cuerpos celestes con una agilidad y eficiencia sin precedentes.
Por qué el robot se mueve de esta manera
El motivo principal es poder movilizarse por los asteroides. A diferencia de los planetas, los asteroides y lunas más pequeños poseen una gravedad extremadamente baja, lo que dificulta enormemente el movimiento de los tradicionales robots con ruedas.
El SpaceHopper propone una solución: saltar de manera controlada y precisa sobre la superficie de estos cuerpos celestes.
El concepto de saltar en lugar de rodar no es nuevo en la exploración espacial. De hecho, la Agencia Espacial Japonesa (JAXA) ya ha experimentado con esta idea en su último intento de alunizaje preciso. Sin embargo, lo que hace a este robot ‘saltarón’ único es su diseño específico para esta forma de locomoción.
Equipado con tres patas largas y flexibles, este dispositivo puede impulsarse de manera efectiva en condiciones de microgravedad, cubriendo distancias considerablemente mayores que los rovers convencionales que se usan actualmente.
La clave de su movimiento radica en su sistema de control y coordinación, gestionado por una computadora central previamente entrenada con redes neuronales y aprendizaje profundo. Estas tecnologías permiten al robot ajustar la orientación de sus patas en tiempo real, garantizando aterrizajes suaves y controlados sobre las rocas espaciales.
Un concepto que nació de la idea de que para moverse en espacios con poca gravedad, lo mejor es realizar saltos. Según investigaciones, un astronauta adulto puede moverse hasta 1.5 metros verticalmente usando la misma fuerza que emplea al realizar un salto con toda su fuerza en la Tierra, donde puede desplazarse hasta una distancia de tres metros.
El camino para la llegada del robot saltarín al espacio
El potencial del SpaceHopper en la exploración espacial es inmenso. Los científicos de la ETH de Zúrich tienen grandes expectativas puestas en este robot, ya que puede ser una herramienta ideal para ser parte de misiones futuras en las que el objetivo sea investigar asteroides y lunas con recursos minerales valiosos.
Además de su utilidad práctica, la exploración de estos cuerpos celestes podría ser la clava para resolver misterios sobre la formación del universo, ofreciendo perspectivas fundamentales para entender uno de los grandes misterios de la humanidad.
Recientemente, el SpaceHopper fue sometido a pruebas en simulaciones de microgravedad, con resultados exitosos. Con la ayuda de la Agencia Espacial Europea (ESA), el robot fue llevado a un avión especial que realiza vuelos parabólicos, donde demostró su capacidad para moverse de manera ágil y precisa en condiciones de ingravidez. Algo que hasta ahora no podían hacer los artefactos que usaban sistemas para rodar.
Sin embargo, el camino hacia la exploración espacial con este robot aún presenta desafíos por superar. Aunque el dispositivo ha demostrado su eficacia en condiciones controladas, su despliegue en entornos reales del espacio plantea interrogantes y riesgos adicionales, que deben seguir siendo explorados. La Agencia Espacial Europea no ha revelado aún cuándo ni de qué forma utilizará las habilidades de este robot saltarín, pero sí se espera que lo empiece a integrar en diferentes misiones para adaptar sus habilidades a las necesidades de los astronautas.