EEUU y la ONU pidieron a China atenuar las tensiones ocasionadas con ejercicios militares alrededor de Taiwán

La ONU y Estados Unidos llamaron este jueves a una desescalada de la tensión entre China y Taiwán que, si bien data de hace tiempo, se intensificó en los últimos días tras la investidura del nuevo presidente de la isla, Lai Ching-te, y su primer discurso, en todo independentista.

“Le pedimos a todas las partes que se abstengan de cualquier acción que lleva a una escalada de las tensiones en la región”, sostuvo el portavoz del Secretario General, Stephane Dujarric, y sumó que “obviamente seguimos con atención el desarrollo de la situación en el estrecho de Taiwán”.

Poco antes, desde Washington, un funcionario de la Administración de Joe Biden sumaron su condena a la reacción de Beijing y pidieron al Partido Comunista Chino “actuar con contención” y poner fin a los ejercicios militares que ordenó ya que “son temerarios, elevan los riesgos de una escalada y atentan contra normas que han mantenido la paz y la estabilidad regionales durante décadas”.

La transición política en Taipéi no puede ser utilizada como “pretexto o excusa para hacer provocaciones o tomar medidas coercitivas”, continuó el político y cerró sosteniendo que también “observa con preocupación” y “vigila de cerca” estos episodios.

Por su parte, el comandante del mando Indopacífico de Estados Unidos, Stephen D. Skenka, sostuvo que “cuando hay una acción que destaca a Taiwán en el ámbito internacional, los chinos se sienten obligados a hacer algún tipo de declaración formal” y, aunque ya se trate de un comportamiento esperable “no significa que no debamos condenarlo”.

Tras la asunción al cargo del mandatario, esta semana, China emitió una serie de declaraciones y ordenó acciones que expusieron su profundo enojo por la voluntad de la isla de mantenerse independiente, desoyendo su reclamo de control.

“Ha llegado la gloriosa era de la democracia de Taiwán”, gracias a los ciudadanos que “se niegan a dejarse influir por fuerzas externas, que defienden resueltamente la democracia”, dijo entonces Lai.

En respuesta a ello, este jueves el portavoz de la diplomacia china, Wang Wenbin, declaró el inicio de dos días de ejercicios militares “alrededor de la isla de Taiwán” como “fuerte castigo” por “los actos separatistas” de Taipei, impulsadas por el “peligroso separatista” Lai. Se trata de una “advertencia seria” para que los “independentistas” del archipiélago desistan en sus acciones o, de lo contrario, acabarán “ensangrentados”, amenazó a continuación. Las maniobras implican el despliegue de aviones y barcos del Ejército, que comprobarán sus capacidades de combate, buscarán intimidar al nuevo Gobierno y podrían, incluso, “imponer un bloqueo económico a la isla, estrangulando el puerto de Kaohsiung”, evaluó el profesor de la Universidad Nacional de Defensa de Beijing, Zhang Chi.

De inmediato, la Guardia Costera de Taiwán desplegó sus unidades y el Ejército se puso en alerta. “Si decide ingresar, tomaremos medidas para repelerlos”, advirtieron oficiales a una fragata misilística del régimen que se acercaba a su territorio.

“Este pretexto para realizar maniobras militares no sólo no contribuye a la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán sino que muestra -en el fondo- su naturaleza hegemónica”, apuntó el Ministerio de Defensa sobre China.

En tanto, el Presidente demostró su compromiso por enfrentar a China y dijo que “continuaremos defendiendo los valores de la libertad y la democracia”. “Permaneceré en primera línea con nuestros hermanos y hermanas en el Ejército para defender juntos la seguridad nacional”, agregó.

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