Las posiciones de Israel y del grupo terrorista Hamas ante la iniciativa de cese del fuego presentada por Joe Biden pusieron en jaque su ejecución y descolocaron a la comunidad internacional que apoya una tregua en Gaza que permita liberar a los rehenes y aplacar la crisis humanitaria en el territorio palestino.
Desde hace una semana que la propuesta de Biden está en la mesa de negociaciones, pero las diferencias del premier israelí Benjamín Netanyahu y el líder terrorista Yahya Sinwar respecto a las condiciones clave del cese del fuego pusieron en un laberinto diplomático a la iniciativa de los Estados Unidos.
Hamas pretende que las tropas israelíes abandonen Gaza, que la guerra en la Franja concluya y mantener su control e influencia en ese territorio palestino. Netanyahu exige lo contrario: no acordará una tregua hasta exterminar con la organización terrorista, que atacó a Israel el 7 de octubre de 2023 y causó tragedia inédita en Medio Oriente.
La Casa Blanca envío al director de la CIA, Williams Burns, y Brett McGurk, asesor especial de Biden, a Qatar y Egipto para acelerar las negociaciones con Hamas, que es apoyado por Irán
Antes de eso, el primer ministro catarí, Mohammed ben Abdelrahman Al Thani, y el jefe de la inteligencia egipcia, Abas Kamel, se habían reunido en Doha con representantes de Hamas para avanzar en la posible tregua en Gaza.
Todas las conversaciones fracasaron. El líder terrorista Sinwar ratificó que no aceptará el cese del fuego hasta la retirada de Israel.
Al otro lado de la mesa de negociaciones, Estados Unidos puso en marcha una ofensiva diplomática para encontrar un punto de acuerdo entre su propuesta y la posición de Netanyahu.
Se aguarda una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU respaldando el cese del fuego, decenas de países ya han firmado un documento común instando a una tregua que permita liberar a los rehenes, y es muy probable que Antony Blinken-secretario de Estado- regrese a Jerusalem para dialogar en directo con Netanyahu.
Cuando sucedió el ataque terrorista del 7 de octubre, Hamas secuestro a cientos de civiles judíos y los arrastró hasta los túneles de Gaza. Los familiares y amigos de los rehenes de Hamas ya son protagonistas de la agenda política en Israel y exigen que Netanyahu firme el cese del fuego en la Franja.
La iniciativa de Biden propone la inmediata libertad de los secuestrados civiles y a cambio ofrece que un número a determinar de presos palestinos -acusados o condenados de cometer actos terroristas en Israel- recuperen su libertad y puedan regresar a Gaza o Cisjordania.
Netanyahu y Sinwar -con ciertas diferencias posibles de acordar- apoyan este capítulo de la propuesta dada a conocer por el Presidente de los Estados Unidos. Pero todo está supeditado a la guerra en sí misma, y en este aspecto crucial, Israel y Hamas no se ponen de acuerdo.
Legisladores demócratas y republicanos invitaron a Netanyahu al Capitolio para que ofrezca su mirada del conflicto en Gaza. Es un escenario político con repercusión mundial que la administración Biden desalentó ante la compleja negociación que protagoniza en Medio Oriente.
El discurso del premier israelí está previsto para el 24 de julio. Y ese día puede ser un punto de inflexión en el conflicto de Gaza.
Si ya hubo acuerdo, Netanyahu agradecerá a los Estados Unidos y a los países árabes que actuaron en representación de Hamas. En cambio, si las negociaciones continúan empantanadas, un apoyo cerrado en el Capitolio a Netanyahu puede herir de muerte a la iniciativa de Biden.