Michael Keaton regresa a la pantalla grande en la esperada secuela de Beetlejuice, dirigida por el reconocido Tim Burton. La película, que inaugura el Festival de Cine de Venecia en el mes de agosto, apunta a revivir el éxito del título original de 1988, manteniendo el espíritu del excéntrico personaje que se convirtió en una figura de culto.
En una reciente entrevista con la revista GQ, Keaton compartió que una de sus principales exigencias para retomar el rol del maniático fantasma era que no se incrementara su tiempo en pantalla.
Durante el largometraje original, Beetlejuice solo aparece durante 17 minutos, un tiempo que el actor consideró perfecto para el impacto del personaje.
Según Keaton, en esta secuela el pícaro fantasma no impulsa la historia tanto como lo hizo en la primera, pero sí “es más parte de la trama que en la anterior, donde solo es una cosa que entra y impulsa un poco la película”, agregó.
La secuela, titulada Beetlejuice Beetlejuice, reúne a Keaton con Burton y otros miembros del elenco original, como Winona Ryder y Catherine O’Hara. Sin embargo, también incorpora nuevos talentos, como Jenna Ortega y Willem Dafoe.
La trama se centra en la complicada relación entre Lydia Deetz (Ryder) y su hija Astrid (Ortega), aportando un gran peso emocional. Según comentó Keaton en una entrevista con SiriusXM: “La película original era muy divertida y emocionante visualmente. La secuela es todo eso, pero muy hermosa y tiene algunos elementos emotivos interesantes. No estaba preparado para eso. Es genial”.
Otro de los aspectos que el actor quiso mantener intacto en esta secuela fue la esencia de Beetlejuice. Razón por la cual se negó a que el personajes se adaptara constantemente a las sensibilidades modernas. Keaton insistió en que el fantasma psicótico no fuera sometido a una corrección social con el fin de agradar a las nuevas audiencias.
A pesar de las décadas que han pasado, la química entre Keaton y Burton sigue intacta. “Lo único que [Tim] y yo decidimos desde el principio, si alguna vez lo volvíamos a hacer, fue que no me interesaba en absoluto hacer algo en lo que hubiera demasiada tecnología. Tenía que parecer hecho a mano”, explicó el intérprete.
“Es lo más emocionante. Cuando vuelves a hacerlo después de años de estar frente a una pantalla gigante, fingiendo que hay alguien al otro lado de la calle, es una diversión enorme”, concluyó Keaton.