El presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, reiteró la necesidad de mantener una “presencia ininterrumpida” de tropas estadounidenses en el país y prevé que las instalaciones de Prabade, a solo unos 15 kilómetros de la frontera con Bielorrusia, acojan a unos mil soldados.
“Nuestro objetivo es la presencia ininterrumpida de las fuerzas de combate de Estados Unidos en Lituania” sin importar quien se impongan en la carrera a la Casa Blanca en noviembre, dijo Nauseda, según informaron medios oficiales.
“La presencia de soldados estadounidenses y sus armas en Lituania contribuye significativamente a fortalecer la seguridad y la disuasión en nuestro país y en todo el flanco oriental. Este es uno de los elementos clave en el desarrollo de las relaciones transatlánticas”, destacó el presidente lituano.
Asimismo, Nauseda insistió en la necesidad de seguir comprando “más y más rápido” armamento a Estados Unidos, ya que “en los últimos años” ha crecido “la necesidad de tener un suministro y apoyo seguros”.
A finales de agosto, el Ministerio de Defensa de Lituania presentó la primera de una serie de 27 instalaciones defensivas que programa erigir en su frontera, con obstáculos diseñados para impedir el avance de vehículos acorazados o infantería enemiga.
La instalación se encuentra en la base militar de Pabrade, cerca de la frontera lituana con Bielorrusia, en lo que forma parte de un esfuerzo conjunto de los países bálticos de construir una ‘Línea de Defensa Báltica’ a lo largo de los límites de Lituania, Letonia y Estonia con Bielorrusia y Rusia.
El ministro de Defensa lituano, Laurynas Kasciunas, visitó —según un comunicado— la base para inaugurar las instalaciones e inspeccionó dispositivos usados para el bloqueo de carreteras, incluidos los conocidos como ‘dientes de dragón’ de cemento para detener el avance de tanques y otros vehículos.
La primera de un total de 27 instalaciones similares proyectadas será aprovisionada con dispositivos de ingeniería, entre ellos erizos checos, bloqueadores de carreteras, dientes de dragón, cables y concertinas, afirmó Kasciunas.
“Todas estas medidas son efectivas a la hora de detener al enemigo, esto lo muestra también la experiencia de Ucrania”, dijo el ministro de Defensa, que regresó recientemente de un viaje a ese país.
Kasciunas también señaló que las fortificaciones pasivas como barreras y fosos para impedir el avance de vehículos enemigos tienen que contar con el respaldo de sistemas de fuego directo e indirecto como artillería y misiles dirigidos contra el invasor.
Al mismo tiempo, recalcó la importancia de las minas antitanque y antipersonas para defender la frontera.
El Gobierno de la vecina Letonia invitó la semana pasada a los medios a contemplar la finalización de un sector de 20 kilómetros de barrera fronteriza con Rusia.
El Gobierno letón aprobó recientemente un plan de cinco años por valor de 303 millones de euros un para fortificar sus fronteras, mientras que también ha instado a la vecina Polonia a vincular sus protecciones fronterizas con la Línea de Defensa Báltica.
Por otro lado, Estonia está planeando construir una red de búnkeres y posiciones de combate en añadidura a estructuras pasivas para bloquear el avance de unas potenciales fuerzas invasoras.