Israel consolida su ofensiva terrestre en El Líbano, mientras Hamas y Hezbollah atacan con misiles

Las organizaciones terroristas Hamas y Hezbollah ejecutaron ayer ataques nocturnos contra Tel Aviv y ciudades aledañas, que no causaron víctimas ni daños materiales. Las sirenas sonaron cuando terminaban los últimos actos en recuerdo de las víctimas asesinadas y secuestradas por Hamas, que aún asola a Israel desde la Franja de Gaza.

En tanto, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) continúan su marcha sobre territorio libanés para desmantelar a Hezbollah, que es financiada y entrenada por Irán. Benjamín Netanyahu ordenó desplegar más tropas en El Líbano, mientras se multiplican los ataques aéreos sobre Beirut, que es la base de operaciones del grupo chiíta.

Las operaciones aéreas de Israel sobre Beirut abrieron un fuerte interrogante acerca del clérigo Hashem Safieddine, posible sucesor de Hassan Nasrallah en la jefatura de Hezbollah, y del poderoso comandante de las Fuerzas Quds de Irán, general Esmail Qaani, que no aparecen en el teatro de operaciones desde hace una semana.

Safieddine y Qaani son piezas claves del aparato terrorista de Irán, y estaban en Beirut cuando la Fuerza Aérea de Israel lanzó decenas de bombas de 1.000 kilos contra un edificio que utiliza Hezbollah como cuartel general. Ese edificio quedó reducido a escombros, y el gobierno libanés aún no informó sobre la identidad de los cadáveres recogidos en el lugar.

Los medios de comunicación al servicio de Hezbollah se mantienen en silencio respecto a la suerte del clérigo Safieddine, mientras que la prensa iraní publicó un video asegurando que Qaani está vivo y en funciones.

“El general de brigada Esmail Qaani goza de perfecto estado de salud. No hay que prestar atención a los rumores”, sostuvo Abbas Golru, integrante de la Comisión de Seguridad Nacional del Parlamento iraní.

En Tel Aviv no confirmaron a Infobae que el clérigo Safieddine y el general Qaani estén vivos.

El ejército israelí ayer reveló que había desplegado una nueva división de infantes en la ofensiva terrestre sobre el Líbano. Esto significa que Israel tiene en el terreno las divisiones 98, 36, 91 y 146, con una dotación aproximada de 15.000 soldados.

La ampliación de las tropas no implicarían un cambio en los objetivos de la operación contra Hezbollah, pero sí la intención de acelerar los tiempos de una campaña que apunta a destruir túneles, depósitos de armas y plataformas de lanzamiento de cohetes en ciertas zonas cercanas a la frontera sur.

Desde esas zonas se lanzaron los cohetes que llegaron a Tel Aviv cerca de la medianoche, junto a los misiles disparados desde Gaza por Hamas. Fue movimiento simultáneo cuando en Israel se recordaba a los muertos y secuestrados durante la trágica madrugada del 7 de octubre de 2023.

Cayeron en total 11 proyectiles: cinco desde la Franja, uno desde Yemen lanzado por los Hutíes y los cinco restantes volaron desde El Líbano a Tel Aviv. Todos fueron interceptados, y a continuación aviones de guerra de Israel atacaron sobre las posiciones que Hamas y Hezbollah usaron para sus actos terroristas.

En este contexto, Israel y Estados Unidos continúan debatiendo sobre los blancos iraníes que se planean atacar en el futuro. El premier Netanyahu insiste con destruir instalaciones vinculadas al proyecto nuclear o al sistema de refinación o exportación de petróleo, mientras que Joe Biden propone objetivos militares que no afecten la economía global o el proceso de elecciones en Estados Unidos.

La Casa Blanca envió a Tel Aviv al general Michael Kurilla -jefe del Comando Central de Estados Unidos- para acercar posiciones, pero ayer regresó a Washington con las manos vacías. Netanyahu tiene sus propios planes, y la influencia de Biden ya es limitada a pocos meses de cumplir su mandato presidencial.

Pero el Pentágono es muy importante para el esfuerzo bélico israelí, y en este sentido Yoav Gallant -ministro de Defensa de Israel- volará mañana a DC para mantener una reunión clave con Lloyd Austin, su colega en la administración demócrata. Gallant y Austin tienen buena relación y tratan de mediar entre las posiciones enfrentadas que protagonizan Netanyahu y Biden.

Ayer se cumplió un año del ataque terrorista de Hamas, y Biden sólo habló con Isaac Herzog -presidente de Israel- para ofrecer sus condolencias y ratificar el “apoyo incondicional” de Estados Unidos. A Netanyahu no lo llamó, pese a que se conocen desde 1980.

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