En lo que puede ser un impresionante avance científico, los investigadores de las universidades de Stanford y Texas (en Dallas) han creado una loción que podría ser una alternativa a los rayos X. Se trata de un líquido que, en ratones, vuelve transparente a la piel, permitiendo que uno vea sus órganos sin uso de máquinas de resonancia o radiación.
En concreto, los autores utilizaron una solución creada con agua y tartracina, un colorante alimentario artificial muy extendido, comúnmente conocido como E-102 o colorante alimentario amarillo número 5. Este se encuentra en productos como gominolas, bebidas energéticas, nachos y hasta en la mostaza.
Este avance, que parece hasta acto de ‘magia’, ocurre ya que, al disolver las moléculas que absorben la luz en agua, se modifica el índice de refracción de la solución, de forma que coincide con el índice de refracción de los componentes del tejido, como los lípidos.
De forma más prolija, Zihao Ou, profesor adjunto de física en la Universidad de Texas en Dallas, detalló que: «Combinamos el tinte amarillo, que es una molécula que absorbe la mayor parte de la luz, especialmente la luz azul y ultravioleta, con la piel, que es un medio de dispersión. Individualmente, estas dos cosas impiden que la mayor parte de la luz las atraviese. Pero cuando las combinamos, pudimos lograr la transparencia de la piel del ratón».
En sus experimentos, los autores frotaron la piel del cráneo y el abdomen de sus roedores con la solución de agua y tinte. Una vez que el tinte se había secado completamente sobre la piel, esta se volvió transparente, mostrando los órganos, venas y arterias que escondían. Al lavar estas áreas, la piel volvía a ser visible, y todas las partes absorbidas por la piel fueron excretadas a través de orina.
A través de la piel transparente del cráneo, los investigadores observaron directamente los vasos sanguíneos en la superficie del cerebro. En el abdomen, observaron los órganos internos y el peristaltismo, las contracciones musculares que mueven el contenido a través del tracto digestivo.
Los propios autores indican que bajo ningún concepto se debe probar este tinte sobre la piel humana. Sin embargo, reconocen los posibles beneficios que podría traer al nuestra especie, siempre y cuando se demostrara que es inocuo para estos. Entre estos se encuentra cómo facilitaría la eliminación de tatuajes y hasta ayudar en la batalla contra el cáncer, tanto para detectarlo como tratarlo. «Por ejemplo, ciertas terapias utilizan láseres para eliminar células cancerosas y precancerosas, pero se limitan a áreas cercanas a la superficie de la piel. Esta técnica puede mejorar la penetración de la luz», detallaron los creadores de este «suero de la invisibilidad».
Aun si llega al uso humano, los autores advierten que no significarían el fin de las radiografías y ecografías. Lo que sí creen los investigadores es que la mayor aplicación de este tinte sería en los métodos de investigación dentro de los laboratorios.
Por ahora, el próximo paso para Ou y su equipo es definir cuál es la dosis ideal para que el tinte funcione en el tejido humano. Además, deben investigar si existen otras moléculas y tintes, incluidos materiales artificiales o diseñados, que podrían funcionar de forma más eficiente que la tartracina.