La Administración del presidente estadounidense, Joe Biden, que seguirá trabajando para cumplir sus objetivos en materia de política exterior, incluido poner fin a la guerra de Gaza, hasta el próximo 20 de enero, cuando el republicano Donald Trump asuma el poder como nuevo mandatario.
El secretario de Estado, Antony Blinken, ha trasladado a su personal su “intención de utilizar el tiempo que le queda en el cargo para lograr avances tangibles en cuestiones importantes”, como la rivalidad con China, el apoyo a Ucrania o la búsqueda de acuerdos para poner fin al conflicto en Gaza y el Líbano, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller.
“Es importante recordar, con respecto a nuestra política en Oriente Medio y a todas nuestras políticas, que solo hay un presidente en el cargo y el presidente es Joe Biden y continuaremos aplicando la políticas que ha propuesto sobre Oriente Medio”, declaró.
“Seguiremos buscando el fin de la guerra de Gaza, de la guerra en el Líbano y es nuestro deber aplicar esas políticas hasta el mediodía del 20 de enero y cuando el presidente electo (Trump) asuma y se convierta en presidente de Estados Unidos tiene por supuesto su derecho a seguir políticas diferentes”, agregó.
El subsecretario del Departamento de Estado para Asuntos Políticos, Stephen Mull, fue nombrado para liderar el equipo que negociará la transición en el Departamento de Estado con los representantes de Trump.
El magnate neoyorquino, que ganó las elecciones del pasado martes a la vicepresidenta demócrata, Kamala Harris, ha prometido llevar a cabo un giro en la política exterior para poner “los intereses de Estados Unidos primero”.
El republicano ha asegurado que podría acabar rápidamente con la guerra en Ucrania y la guerra en Gaza, aunque sin especificar cómo, ha criticado con frecuencia a la OTAN y elogiado a líderes autoritarios como Viktor Orbán, de Hungría, y Vladímir Putin, de Rusia.
Biden dejará el cargo después de sacar a Estados Unidos de la peor pandemia en un siglo, galvanizar el apoyo internacional a Ucrania después de la invasión de Rusia y aprobar un proyecto de ley de infraestructura de 1 billón de dólares que afectará a las comunidades durante los próximos años.