El alcalde de Copiapó, Maglio Cicardini destacó el esfuerzo, dedicación y talento del trabajador.
Su lápiz de carbón, una regla, pintura y brocha han sido los fieles compañeros de Luis Orquero para pintar por los últimos 30 años un mural gigante en honor a la Virgen de la Candelaria en pleno frontis del santuario. El funcionario de la Dirección de Operaciones del municipio, entre lágrimas, reconoció que este año la obra es más especial, ya que es en honor a su hermano fallecido el año pasado.
El trabajador comentó que los murales comenzaron con una manda de su familia, ya que cuando tenía cinco años no podía mover sus piernas y menos caminar. Sus padres le pidieron a la “chinita” la mejoría de su hijo y unas semanas después él ya podía caminar.
“Para mí significa mucho la Virgen de la Candelaria porque mis papás son fervientes de la fe de acá y fueron uno de los fundadores del baile moreno de acá. Nosotros fuimos criados en este ambiente”, destacó.
Luis todos los años cambia la imagen y en esta oportunidad la cara de un Cristo gigante con flores a su alrededor será la bienvenida para los miles de fieles que se acerquen al templo.
Mientras avanzaba en su obra, el trabajador fue visitado por el alcalde de Copiapó, Maglio Cicardini Neyra, que dijo “esta es una obra que Luis realiza todos los años y que tiene un sentido muy especial para los que creemos en la fe y somos devotos de la Virgen. Hay que disfrutarla porque es una obra pictórica de mucho valor”.
El artista espera que durante esta semana la obra esté terminada y también que la gente la cuide para que todos puedan apreciarla durante los días de festividad de la Virgen de la Candelaria a lo que el municipio de Copiapó se sumó y velará por el orden de esta fiesta religiosa.